Con la temporada de gripe en pleno apogeo, se habla mucho sobre cómo vacunarse contra la gripe, y los principales medios de comunicación les dan a las personas recordatorios “útiles” para que se vacunen. Un grupo al que se dirigen especialmente las campañas de vacunación son los ancianos. Desafortunadamente, las personas mayores son uno de los grupos en los que esta vacuna está fallando más.
Para empezar, la vacuna contra la gripe es notoriamente ineficaz. Se desarrolla utilizando sólo un puñado de virus de influenza de cepas vacunales de tipo A o B; hay cientos de estos en total. Incluso cuando los elegidos en un año determinado coinciden perfectamente con los virus que circulan en esa temporada de gripe en particular, no previene todas las infecciones.
Para las personas mayores, la vacuna contra la influenza puede hacerlas aún más susceptibles al virus de la influenza. Además, algunos estudios han demostrado que la vacuna contra la gripe no tiene ningún impacto en la mortalidad entre las personas mayores. Un estudio concluyó: «Debido a que menos del 10 por ciento de todas las muertes invernales fueron atribuibles a la influenza en cualquier temporada, llegamos a la conclusión de que los estudios de observación sobreestiman sustancialmente el beneficio de la vacunación».
Además, un estudio reciente descubrió un vínculo entre las muertes por coronavirus y las vacunas contra la gripe entre los adultos mayores. Después de analizar los datos de más de medio millón de personas, los investigadores observaron una asociación positiva entre las muertes por COVID-19 y la vacunación contra la influenza en personas de 65 años o más.
Las mujeres embarazadas también deben conocer los riesgos de la vacuna contra la influenza
No son solo los ancianos a quienes les está fallando esta vacuna. Las mujeres embarazadas también son muy vulnerables a los peligros de la vacuna contra la gripe. Existe una grave falta de datos científicos que describan los riesgos de la vacuna para las mujeres embarazadas y los fetos en crecimiento porque incluir a mujeres embarazadas en los ensayos clínicos no es ético. Sin embargo, muchos médicos continúan presionando para que las mujeres se vacunen contra la gripe en algún momento durante el embarazo.
El impulso coincide con una enmienda a la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en la Niñez que fue aprobada por el Congreso en Estados Unidos a fines de 2016. Esta enmienda proporciona a las compañías farmacéuticas que producen vacunas, recomendadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para mujeres embarazadas, un escudo de responsabilidad para que si una mujer embarazada o su bebé por nacer se lesionan debido a la vacuna materna no puedan ser demandadas.
Este impulso es particularmente desconcertante considerando el hecho de que la investigación que fue financiada por los propios CDC ha relacionado la vacunación contra la gripe al principio del embarazo con un riesgo ocho veces mayor de aborto espontáneo. En ese estudio, se comparó a 485 mujeres embarazadas de entre 18 y 44 años que habían sufrido un aborto espontáneo durante la temporada de gripe con otras 485 mujeres embarazadas en esos rangos de edad que llegaron a término. De las que sufrieron un aborto espontáneo, 17 habían sido vacunadas dos años seguidos; de las que tenían embarazos normales, solo cuatro habían sido vacunadas dos años seguidos.
Además, no hay datos sobre las respuestas biológicas a las vacunas durante el embarazo que puedan afectar los resultados del embarazo y el parto. Los científicos no saben si la vacuna contra la influenza puede causar daño fetal o afectar la capacidad reproductiva de una mujer. De hecho, los prospectos del producto en algunas vacunas contra la influenza, establecen que solo se debe administrar a mujeres embarazadas cuando sea «claramente necesario». En estos prospectos también se indica que no se ha establecido la seguridad y eficacia de las vacunas en las mujeres embarazadas y en período de lactancia.
Además de aumentar el riesgo de aborto espontáneo, los estudios han demostrado que estimular el sistema inmunológico de una mujer, que es lo que hacen las vacunas contra la influenza, durante el embarazo a medio y último término aumenta significativamente el riesgo de que su hijo desarrolle autismo, esquizofrenia o convulsiones.
Mientras tanto, las consecuencias de la vacunación contra la gripe siguen siendo el tipo de demanda más resarcida en el Programa Nacional de Compensación por Daños Causados por Vacunas, con más de 3.000 demandas indemnizadas entre 2006 y 2017. Esto debería ser suficiente para hacer reflexionar a cualquiera a la hora de vacunarse, pero las personas mayores y las mujeres embarazadas, en particular, deben ponderar seriamente los riesgos frente a los beneficios en lugar de hacer cola a ciegas para vacunarse contra la gripe.