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02 September 2020

Las casas hacinadas, falta de alumbrado, espacios públicos en condiciones deplorables, inseguridad y mala calidad de vida de los habitantes de la colonia Villas Otoch, es un desastre que pudo evitarse, afirmó la especialista en urbanismo, Christine Mccoy Cador, investigadora de la Universidad del Caribe.

Afirmó que ella y otros investigadores advirtieron en su momento la crisis que se avecinaba con ese modelo de planeación urbana en Cancún, que para entonces ya era un destino de clase mundial.

Esta característica, que permitió a un sector de la población acumular riqueza, hacía cada vez más necesario el trabajo obrero y se comenzó un desarrollo enfocado en satisfacer la necesidad de vivienda, sin prever las condiciones mínimas necesarias de bienestar social, dijo.

Explicó que Villas Otoch, hoy una de las zonas más marginadas de Cancún, formó parte de los primeros desarrollos de interés social en la ciudad a inicios del siglo XXI. El modelo consistió en construir el mayor número de casas en el menor espacio posible.

“Fue uno de los primeros que empezó a hacer mucho escándalo porque se decía que esos espacios no eran habitables, que no iban a crear salud mental para las personas, porque eran muy pequeños para que las familias vivieran ahí”, dijo. Con el tiempo Villas Otoch se volvió una colonia peligrosa, con malas condiciones sanitarias y condiciones de vida precarizadas.

“Las causas del crimen son diversas, entre ellas la desigualdad, pero también hay una relación entre la inseguridad y el diseño, planificación y gestión urbana deficientes”, dice la ONU.

Los delincuentes operan con más facilidad en áreas de difícil acceso. Contar con calles diseñadas y con una buena infraestructura, facilita la vigilancia.

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