El estrés físico y mental que ejerce sobre el cuerpo las preocupaciones por la pandemia de Covid-19, podría tener efectos en la regularidad del ciclo menstrual, aseveró Jennifer Conti, obstetra y ginecóloga de la Universidad de Stanford.

Durante este tiempo de distanciamiento físico, muchas mujeres experimentan un cambio dramático en su rutina habitual y como resultado, pueden notar un periodo perdido, manchado o incluso un flujo más pesado de lo habitual. 

La especialista señaló que las hormonas del estrés pueden afectar el ciclo hormonal regular y desviarlo, lo que significa que el ciclo puede llegar temprano, tarde o no llegar en absoluto. 

Se sabe que la amenorrea o ausencia de periodos, ocurre cuando alguien ha pasado por un evento traumático. 

Mientras la dismenorrea o menstruación dolorosa, se ha relacionado con situaciones de alto estrés. Por eso las personas que ya experimentan dolor menstrual tienen más probabilidades de verse afectadas en la contingencia.

“Cuando existen situaciones como la actual, en la que todos estamos viviendo un distrés, o sea un estrés prolongado, el conjunto de las funciones hormonales puede alterar su ritmo sincronizado y producir otras alteraciones del ciclo menstrual”, explica.

Esto sucede porque el cuerpo se está adaptando para protegerse y cuando estamos en un estado de estrés percibido, nuestro sistema prioriza la seguridad sobre la ovulación.

Las afecciones menstruales que se pueden presentar son aumento de la frecuencia y tener dos sangrados en el mismo mes, que pueden ser menstruaciones o sangrados intermenstruales. También, puede alterarse la cantidad en más o en menos. 

Cabe señalar que el periodo menstrual está influenciado por nuestra dieta, sueño, rutinas de ejercicio y más.

Por lo general no debería haber un motivo de alarma a menos que estas situaciones se repitan durante tres ciclos consecutivos, en cuyo caso corresponde realizar una consulta ginecológica.

Con información de Infobae