Con apoyo de las recientes lluvias, brigadistas lograron sofocar totalmente el incendio en la zona de Chiquilá, Lázaro Cárdenas, que en tres semanas arrasó con más de mil 200 hectáreas de vegetación, incluyendo especies protegidas.

El fuego en el interior del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam afectó principalmente pastizales y matorrales, aunque también algunas hectáreas de selva y manglar, incuantificadas hasta el momento.

Según el reporte emitido por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la liquidación del fuego alcanzó el 100 por ciento, sin embargo, es necesario esperar para descartar puntos donde pueda reavivarse el fuego, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.

Cristóbal Cáceres, director del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, expuso que debido a la humedad provocada por las lluvias, el Sistema de Alerta Temprana de Incendios, vía satelital, no detecta actualmente ningún punto de calor.

“Todavía podríamos observar algunas fumarolas de troncones, que son troncos gruesos que quedan como carbón y puede salir de ahí una chispa. Pero para eso las brigadas están monitoreando”, refirió.

Para la mitigación del fuego, las brigadas comunitarias construyeron brechas, una especie de líneas de seis metros de ancho libres de vegetación que impiden que el fuego continúe avanzando.

El funcionario afirmó que los manglares tuvieron una buena resistencia al fuego por la humedad y las afectaciones fueron mínimas, al igual que en las zonas de selva, donde los árboles podrían tardar decenas de años en crecer de nueva cuenta. Las zonas de humedales y pastizales que fueron consumidas por el fuego tienen la capacidad de regenerarse en pocos meses, con la llegada de más lluvias.

Arranca la temporada más riesgosa

Cristóbal Cáceres sostuvo que recién comienza la temporada de mayor riesgo para la propagación de incendios forestales, pues de acuerdo con los usos y costumbres de la zona, se empieza con las quemas agrícolas después de las primeras lluvias de mayo.

Por su parte, Adrián Martínez Ortega, director general de la Coordinación Estatal de Protección Civil (Coeproc), dijo que al corte del 11 de mayo del Centro Estatal del Manejo de Fuego de Quintana Roo (CEMF), la afectación en Quintana Roo es de 14,715 hectáreas por los incendios forestales, superando las 13 que se siniestraron en el 2019.