En su Informe semanal de seguridad de la vacuna COVID-19 publicado a 27 de mayo de 2021, la Administración de Productos Terapéuticos (TGA) de Australia ha reportado 210 fallecidos tras la vacunación contabilizados hasta el día 23 de mayo de 2021, de los cuales 109 se habían inoculado la vacuna génica de Pfizer y 94 la de AstraZeneca. Suponemos que de los 7 restantes no se tiene información al respecto.

La cifra resulta llamativa, sobre todo teniendo en cuenta que, en lo que llevamos de año, tan solo una persona ha perdido la vida a causa del covid en Australia. De hecho, son 22 las personas que han fallecido por covid desde el 1 de octubre de 2020 hasta la fecha.

Veamos la curva de fallecidos desde el inicio de la pandemia.

Como vemos, desde octubre de 2020, la curva desaparece después de la única ola que el país vivió y cuyo máximo de muertes en un día no llegó a 60. La línea roja representa la fecha en la que comenzó la campaña de vacunación.

Respecto a los casos de covid, vemos una evolución similar en la gráfica a continuación.

Podemos ver que tampoco existe un repunte de casos tras la vacunación, a diferencia de otros países, donde hemos podido apreciar un aumento importante de fallecidos y/o de casos tras el inicio de la vacunación, tal como evidenciamos en el artículo «Estos son los países con un aumento en fallecimientos tras la llegada de la vacuna«. Por este motivo no incluimos a Australia en la lista de países en dicho artículo, puesto que las gráficas no muestran repunte ni de fallecidos ni de casos de covid, aunque la TGA haya comunicado de manera oficial que son 210 de personas las que de momento han perdido la vida tras vacunarse.

Viendo estos datos, la pregunta parece obvia: ¿Era necesaria una vacuna experimental en un país en el que apenas hay fallecidos ni casos de covid desde octubre de 2020?

(Tierra pura)