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14 October 2020

Frente a las repetidas exigencias del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que la Iglesia Católica pida perdón por los abusos cometidos durante la conquista española de América, Mons. Miguel Ángel Alba Díaz, Obispo de la Diócesis de La Paz, en el estado de Baja California Sur, dijo que el Gobierno mexicano debería hacerlo por hechos más recientes, como la persecución religiosa y los asesinatos cometidos durante la Guerra Cristera.

El Papa Francisco recibió el 10 de octubre en audiencia a la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller. López Obrador publicó una foto del encuentro y difundió la carta que le envió al Santo Padre, solicitándole una vez más que la Iglesia Católica y la monarquía española pidan “una disculpa pública a los pueblos originarios que padecieron de las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras y someterlos”.

Un pedido similar realizado en 2019 por López Obrador encontró como respuesta un mensaje del entonces director interino de la Oficina de Prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, que dijo a la agencia española Efe que “por el momento” no tendrían un pronunciamiento adicional, pues “como es sabido, el Santo Padre ya se ha expresado con claridad sobre esta cuestión”.

Ya en su viaje a Bolivia en 2015, el Papa Francisco pidió perdón por los “muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América”.

Al celebrar la Misa en la Catedral de La Paz el mismo 10 de octubre y tras recordar el encuentro del Papa con la esposa de López Obrador, Mons. Alba Díaz dijo que “yo invitaría también al Gobierno Nacional a que pida perdón por hechos más recientes, que pida perdón por las leyes, por la Constitución del ‘17 y la Ley Calles, que violaron la libertad religiosa del 90% de su población, de sus propios ciudadanos, que obligaron a los cristianos a vivir en la clandestinidad”.

“Que pida perdón por todos los que fueron asesinados sumariamente por las autoridades durante la Cristiada, que pida perdón porque muchos mexicanos rebeldes contra esa ley injusta se levantaron en armas y provocaron una guerra que dejó mucha sangre y mucha pobreza. No volteemos hacia 1500, esto pasó en 1900. Que eso sí hay que pedir perdón”, dijo.

Las tensiones entre Iglesia y Estado que detonaron la Guerra Cristera se remontan a mediados del siglo XIX, cuando el Gobierno de Benito Juárez, con las Leyes de Reforma, retiró propiedades a la Iglesia Católica en México.

El conflicto se agravaría con la Constitución de 1917, que desconocía una serie de derechos de la Iglesia, como su personalidad jurídica, restringía el culto público y limitaba el número de sacerdotes, entre otras medidas. Cuando Plutarco Elías Calles llega al poder, promulga la Ley de tolerancia de cultos, conocida como “Ley Calles”, para hacer efectivos los artículos constitucionales contra la Iglesia.

Así, los sacerdotes estaban prohibidos incluso de vestir traje talar en las calles, se suprimieron las congregaciones religiosas y la enseñanza de religión en las escuelas.

La intransigencia de Calles llevó a la Iglesia a suspender el culto en los templos el 31 de julio de 1926. Este sería el factor determinante para que en diversas ciudades del país, de forma espontánea y sin una organización central, los pobladores se levantaran en armas contra el Gobierno mexicano.

El 10 de octubre el Obispo de La Paz también recordó que San Pablo subraya “la necesidad de una Iglesia unida, no una Iglesia de judíos y una Iglesia de no judíos, una Iglesia donde ya no hay judos y no judíos, una Iglesia donde no se discrimine a la mujer”.

“Una Iglesia donde no se discrimine al pobre, una Iglesia donde no se discrimine al esclavo, una Iglesia donde no se discrimine al rico, una Iglesia donde no se discrimine al de piel clara, una Iglesia donde no se discrimine al varón, una Iglesia que no propone divisiones y polariza”, añadió.

El Prelado mexicano advirtió que “todo aquel que siembra divisiones: ricos y pobres, ‘fifís’ y ‘chairos’, es del diablo. A él es al que le gusta dividir, él es el que sigue el principio ‘divide y vencerás’, eso significa la palabra ‘diábolo’: el que divide, el que crea conflictos, el que pone a las mujeres en contra de los hombres, la lucha feminista, a los pobres en contra de los ricos, la lucha marxista”.

“Hoy tenemos que pensar en la unidad, y para ello tenemos que buscar la reconciliación, no mirando hacia el pasado, sino mirando hacia el futuro”, alentó.

(Aciprensa)

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