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01 August 2020

Las recientes revelaciones de Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), repercutieron en el ámbito nacional, debido a los presuntos sobornos a diversos políticos que formaron el Pacto por México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y en donde se aprobaron diversas reformas, cómo la Energética. Lozoya Austin está por abrir la caja de Pandora que va a reconfigurar el escenario político.

En su conferencia matutina del pasado viernes, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador consideró que en el caso Lozoya se debe llamar a comparecer a todos los involucrados, pero aclaró que su postura sobre acusar a los ex mandatarios federales será por la decisión de los ciudadanos a través de una consulta. AMLO comentó “Yo creo que todos los involucrados, si así lo decide la fiscalía, todos tienen que comparecer. Aquí son dos cuando menos, dos sexenios, porque no sólo es el caso de la Reforma Energética, es lo de Odebrecht y eso viene del sexenio de Felipe Calderón. Yo no puedo detener un proceso judicial, esto corresponde a la fiscalía”, declaró.

Ese mismo día, el diario Reforma reveló que Emilio Lozoya en sus primeras declaraciones implicó a políticos del PRI y PAN en actos de corrupción para la aprobación de la Reforma Energética. Lozoya Austin, entregó 52 millones 380 mil pesos en sobornos a los legisladores para la aprobación de las Reformas Estructurales que se impulsaron en el Pacto por México integrado por el PRI, PAN y PRD. Uno de los operadores fue el hombre con mayor poder en el sexenio peñista, Luis Videgaray, quien entregó 6.8 millones de pesos a Ricardo Anaya, en ese entonces coordinador de la bancada del PAN.

Las declaraciones del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, apuntan a dos expresidentes, varios funcionarios y actuales legisladores del PRI y PAN, además de algunos gobernadores. Destacan los nombres de Ernesto Cordero, quién estuviera al frente de SEDATU Y SHCP; el exsecretario de la Función Pública, Salvador Vega Casillas; el expanista, Jorge Luis Lavalle; y el exsenador del PRI, David Penchyna. También se incluyen a los actuales gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, Francisco Domínguez y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, respectivamente, además del exdirector de Pemex y exsubsecretario de Hacienda, José Antonio González Anaya.

El ex candidato presidencial por la colación “Por México al Frente” Ricardo Anaya, desmintió lo publicado por el periódico Reforma a través de un comunicado y escribió: “La información es absolutamente falsa. Jamás he cometido un acto indebido. Además de falsa, la información es absurda: nadie me tenía que convencer pues en el PAN llevábamos años impulsando la reforma energética. Yo apoyé la reforma con enorme convicción”. Afirmó Anaya.

El Partido Acción Nacional (PAN) exigió a Lozoya que pruebe sus dichos “Quien acusa, está obligado a probar, y hasta el momento sólo son dichos de un presunto criminal que podría acusar a los adeversarios del gobierno federal, con tal de salvar su situación jurídica como indiciado”, subrayó en un comunicado.

Lo cierto es que el famoso Pacto por México fue perjudicial para el país. Los partidos conformaron una alianza encabezada por el entonces presidente, Peña Nieto, se consolidaron las principales Reformas Estructurales, entre ellas la Energética, en donde el gobierno mexicano cedió una de las joyas geoestratégicas a empresas privadas nacionales y extranjeras. Con el pretexto de la falta de tecnología y de la poca capacidad del Estado mexicano para la extracción de petróleo, se aprobó la Reforma Energética que fue en contracorriente con la expropiación petrolera del Gral. Lázaro Cárdenas del Río.

Los beneficios de la Reforma Energética quedaron a la deriva, no se bajaron los costos de la luz, la gasolina, ni de los derivados del hidrocarburo. Lo que realmente debió llamarse “Pacto contra México” benefició exclusivamente a las grandes petroleras anglosajonas, que realizaron negocios millonarios al abrirse el mercado mexicano de la industria energética.

Se acaba de destapar la cloaca que encumbró a plenitud el caso de corrupción más importante de las últimas décadas, en donde las personas encargadas de proteger los intereses de la nación velaron únicamente por los intereses de unos cuantos. En este México de traiciones, Lozoya como testigo protegido estaría dispuesto a negociar con el gobierno mexicano, entregando la cabeza de funcionarios públicos al más alto nivel de las dos anteriores administraciones federales. Sin olvidar que muchos de ellos son adversarios de la 4T.

(Sin Línea)

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