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27 March 2020

México está en la Fase 2 de “Susana Distancia”, es decir, de distanciamiento social. La cuarentena pareciera ser el siguiente paso, si se siguen los ejemplos de algunas regiones (Hubei) en China, Italia o España, que muestran resultados mixtos. La pregunta parece ser si la cuarentena, que ahoga completamente la economía, es la mejor respuesta de salud. Hay distintas posiciones.

“No son profesías, son matemáticas”, escribe Harry Stevens en un artículo publicado en The Washington Post. Decidió crear modelos para resolver, con los datos existentes, la gran interrogante. Su respuesta es impresionante: lo que funciona es “Susana Distancia”, es decir, el distanciamiento social. Permite aplanar la curva de infectados y extenderla en el tiempo. La cuarentena parece servir para elevar la curva y colapsar los servicios de salud.

“Incluso con resultados diferentes, el distanciamiento social moderado normalmente funciona mejor que el intento de cuarentena, y el distanciamiento social exhaustivo suele funcionar mejor que cualquier otro”, concluye.

“Un mayor distanciamiento social hace que más personas permanezcan sanas, puede intentarse empujar a la gente a que no salga a la calle eliminando las razones para hacerlo: Controlamos el deseo de estar en espacios públicos cerrando esos espacios públicos. Italia ha cerrado todos sus restaurantes. China lo ha cerrado todo, y nosotros cerraremos cosas ahora también”, declara al autor del texto y de las simulaciones Drew Harris, investigador de salud de la población en la Facultad de Salud Pública de la Universidad Thomas Jefferson.

Por la mañana, justo se habló de la aplicación de la Jornada Nacional de Sana Distancia en México, la cual consiste en “la desmovilización masiva de la población que empieza el 23 de marzo y termina el 19 de abril”, según dijo Hugo López-Gatell Ramírez, ​​​​​​​Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

 “¿Qué esperamos de ello? Desafortunadamente no que pare el peligro o el riesgo. La Fase 3 se va a dar. No hay duda de que la Fase 3 se va a dar. La Fase 3 es la fase de máxima transmisión, es la fase de mayor cantidad de casos por día, es la fase donde el riesgo principal es que se sature el sistema nacional de salud a pesar de la preparación que tenemos y la expansión que hemos hecho con la reorganización de las unidades civiles y el apoyo de las fuerzas armadas”, aseguró.

Desde Palacio Nacional, el funcionario explicó que si continúa la Jornada Nacional de Sana Distancia en estas cuatro semanas, “en lugar de tener una curva epidémica inmensa, que supere la capacidad de atención, vamos a tener una curva de menor tamaño que permita atender a las personas críticas”.

Asimismo, consideró que las autoridades quisieran hacer las medidas de salud pública lo más extremas posibles ante lo que está ocurriendo con el COVID-19 en otros países, sin embargo, reiteró que “hay algunas de estas medidas que no tiene un fundamento técnico como el cierre de fronteras y el cierre de aeropuertos”.

 

López-Gatell destacó que existen otras medidas, como el reducir masivamente la movilidad social durante un periodo razonablemente corto. “Uno quisiera hacerlas extremas, que no se moviera ni una sola persona de su lugar. Sin embargo, uno se tiene que mantener consciente de la realidad social y esta realidad social es específicamente para cada país”, indicó.

“Por ejemplo, en países de Europa occidental característicamente tienen una distribución de la riqueza razonablemente equitativa. En México desafortunadamente no es el caso y lo sabemos todos, desde hace muchos años tenemos una profunda desigualdad social y económica. En un número representativo, la mitad de la población de México vive en condiciones de pobreza. Esto es una verdad absolutamente conocida”, sostuvo.

LA RESISTENCIA

Los gobiernos de Estados Unidos, Brasil, México y Canadá, las principales economías de América, siguen mostrando resistencia a la imposición de cuarentenas masivas para afrontar el coronavirus al priorizar en sus políticas la actividad económica, en contraste con el resto del continente, que ha apostado por reforzar el aislamiento social.

Esa postura ante el confinamiento, una de las principales recomendaciones de organismos sanitarios internacionales para afrontar el coronavirus, tiene lugar precisamente en tres de los países con más contagiados hasta ahora en el continente: Estados Unidos (más de 65 mil), Canadá (3 mil 281) y Brasil (2.mil 433), a los que le siguen Ecuador (mil 173) y Chile (mil 142).

La polémica en Estados Unidos se recrudeció luego de que el Presidente Donald Trump reafirmara que quiere abrir nuevamente su país el próximo 12 de abril para evitar las repercusiones económicas de la crisis por coronavirus.

Trump defiende esta postura pese a que el número de casos en Estados Unidos sigue aumentando vertiginosamente, superando los 65 mil (la mitad de ellos en el estado de Nueva York), mientras las muertes rondan las 900.

El Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se sumó a la controversia al señalar que no es “sostenible mantener la economía cerrada” pero apostó por una estrategia en la que “empiecen a mover la máquina” los segmentos con menos riesgo, como los jóvenes y la gente recuperada. “No hay que cerrar toda la economía y luego abrirla entera”, opinó.

Mientras, el Gobernador de Florida, Ron DeSantis, consideró “inapropiado” aplicar una cuarentena a nivel estatal ante “los efectos secundarios” que provocaría que gran parte de la población perdiera su empleo.

Una posición similar adoptó el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, que minimiza la amenaza del coronavirus, a la que ha llamado “gripecita”, y quiere que el confinamiento se limite a ancianos y enfermos.

 

Bolsonaro dejó ayer claro que su mayor preocupación es la economía, para la que se prevé una honda recesión este año por la paralización de actividades como consecuencia del coronavirus, que deja ya al menos 57 muertos en el país.

“Si la política de aislamiento continúa tendremos el caos y el virus juntos”, reiteró ayer el mandatario al criticar que las medidas restrictivas de los gobernadores provocarán una recesión económica en Brasil y el despido de miles de trabajadores.

Andrés Manuel López Obrador también apostó ayer miércoles por mantener la economía en plena pandemia de COVID-19, tras desafiar las recomendaciones internacionales de aislamiento. “Yo les voy a decir cuándo no salgan, pero si pueden hacerlo y tienen posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer a los restaurantes, a las fondas”, aseguró recientemente pese a que en el país la pandemia ya está en fase 2 -con contagios comunitarios-, más de 475 casos y al menos 7 muertes.

Por su parte, Canadá ordenó que todos los viajeros que regresen al país sean puestos en aislamiento, en un momento en el que el país tiene 3 mil 281 casos de COVID-19 y 30 muertos, pese a lo cual el Gobierno se ha resistido a forzar el confinamiento.

La polémica llegó hoy a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que advirtió que levantar de forma precipitada esas medidas podría dar lugar al resurgimiento de los contagios y a un agravamiento de la situación.

OTROS REFUERZAN CUARENTENA

Este miércoles varios países y territorios seguían elevando su cifra de casos hasta superar los 76 mil en todo el continente, con más de mil muertes reportadas. Esto llevó a reforzar el confinamiento en naciones como Ecuador, donde desde este miércoles se extendió el horario de toque de queda, “excepto para las actividades esenciales”.

Argentina decidió, asimismo, endurecer las medidas en el país, donde las muertes se elevaron a 8 y suma 387 contagiados, por lo que se anunciaron consecuencias penales para quienes violen la cuarentena obligatoria.

En tanto, Chile establecerá un cordón sanitario y el aislamiento domiciliario en siete zonas de Santiago de Chile, donde se concentran la mayor parte de los casos confirmados por COVID-19.

Dominica también ordenó el cierre de fronteras y la prohibición de circular por las calles. Mientras en Bahamas y en Islas Caimán se anunció el toque de queda.

MEDIDAS ECONÓMICAS EXTRAORDINARIAS

Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han alertado de una recesión y por eso propusieron hoy la suspensión de los pagos de deuda de los países más pobres, entre ellos naciones latinoamericanas como Honduras, Nicaragua y Haití.

Bajo esa preocupación, El Salvador impulsó una normativa que exonera de un impuesto especial a las empresas dedicadas al turismo, así como diferir el pago de servicios públicos, para tratar de disminuir el impacto en la economía.

La misma razón condujo a la principal patronal mexicana, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), a insistir hoy en la aprobación de un “salario de subsistencia” para los trabajadores que se queden sin empleo.

Paraguay también asumió varias medidas para frenar el impacto del coronavirus, incluida una línea de crédito de hasta mil 600 millones de dólares, que permitirá otorgar subsidios a trabajadores formales e informales.

Mientras en Canadá entró en vigor un paquete por unos 73 mil 830 millones de dólares estadounidenses para ayudar a los trabajadores y empresas afectados por la crisis de COVID-19.

Naciones Unidas solicitó hoy, asimismo, fondos para un plan de 2 mil millones de dólares para contener y limitar el impacto del coronavirus en países especialmente vulnerables por sus niveles de pobreza o por ser escenario de crisis o conflictos.

Entre los países a los que la ONU pretende asistir con esta iniciativa figuran Venezuela y Colombia y otros de la región que han recibido grandes números de venezolanos.

Hasta este miércoles hay 413 mil 467 personas contagiadas y 18 mil 433 muertes por el coronavirus en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

(Sin Embargo)

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