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22 April 2020

La epidemia del nuevo coronavirus "ciertamente dará un impulso a los juegos sexuales digitales", pero es de esperar que también conduzca a "una nueva apreciación de la intimidad física" y hará recordar a la humanidad que "el sexo entre dos personas es un medio para la espiritualidad", sostiene el filósofo esloveno Slavoj Zizek en un reciente artículo de opinión para RT.

Zizek hace referencia a dos de las recomendaciones del Servicio de Salud de Irlanda que ha emitido pautas sobre las prácticas sexuales durante los tiempos del coronavirus y sugiere a las personas  "considerar tomarse un descanso de las interacciones cara a cara y físicas" y en vez de ello "tener citas por video, 'sexting' o chatear" para satisfacer sus necesidades sexuales.

Además, las autoridades sanitarias de Irlanda indican que "la masturbación no propagará el coronavirus, especialmente si se lava las manos (y cualquier juguete sexual) con agua y jabón durante al menos 20 segundos antes y después".

Zizek señala que se trata de "consejos razonables de sentido común para un momento de epidemias propagadas por contacto corporal", pero destaca que "estas recomendaciones solo concluyen el proceso que ya estaba sucediendo con la digitalización progresiva de nuestras vidas: las estadísticas muestran que los adolescentes de hoy pasan mucho menos tiempo explorando su sexualidad que navegando por la web".

Lujuria, amor y masturbación en tiempos de epidemia

El filósofo opina que "cuando uno hace el amor con alguien que realmente ama, tocar el cuerpo de la pareja es crucial". "Por lo tanto, uno debe cambiar la sabiduría común según la cual la lujuria sexual es corporal mientras que el amor es espiritual: el amor sexual es más corporal que el sexo sin amor", escribe Zizek.

En este contexto plantea la pregunta sobre si las epidemias en curso limitarán la sexualidad y promoverán el amor, "una admiración lejana del amado que permanece fuera de contacto".

Y él mismo contesta que "las epidemias definitivamente darán un impulso a los juegos sexuales digitales sin contacto corporal". "Sin embargo, con suerte, surgirá una nueva apreciación de la intimidad sexual a partir de las epidemias".

"La masturbación frente a imágenes pornográficas duras es pecaminosa, mientras que el contacto corporal es un camino hacia la espiritualidad", concluye el filósofo.

(RT)

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